Hasta pronto amiga

Posted: viernes, 20 de agosto de 2010 by Miguel (Candy) in Etiquetas: ,
2

Tenía la tierna edad de 4 años cuando apareciste por aquella aula repleta de murales, payasos, juegos y plastilinas. Piel clara y pelo moreno intenso, pasabas desapercibida normalmente (nunca te gustó ser el centro de atención). Ironías de la vida, pasarme más de 10 años en una misma aula contigo y jamás cruzar más de un ¿Me das mi lápiz que se ha caído? o un ¿Que ha dicho la profesora? Pero a menudo solía pensar que si así sucedió fue simplemente porque así tenía que ser. El caso es que justo cuando la voz cambia y el vello aflora (ay bendita adolescencia) nuestros caminos se cruzaron. ¡Hola! Comenzaste a saludarme casi todos los días. Esos saludos a menudo se tornaban en cruces de mirada inocentes que jugueteaban como los adolescentes que éramos. Empezar a hablar contigo fue todo un descubrimiento, sentí lo que tal vez sintió Cristóbal Colón cuando llegó a un nuevo mundo. Siempre me gustó nadar contra corriente, no lo voy a negar, y a ti también, tal vez por eso nos sentíamos identificados, no pertenecíamos a ese grupo de selectos jóvenes llamados "ways" de aquella clase. Éramos introvertidos (sobre todo yo) y quizás buscábamos otro tipo de cosas diferentes a las que buscaba el resto.

Tal vez fuera por esto que mi corazón nació contigo. Amor adolescente que buscaba tan sólo sentirse identificado con el otro, conocer a fondo a una persona y poder compartir confidencias con alguien que no fuera mi mejor amigo. Lo recuerdo con especial cariño, supongo que como para todos, el primer amor es siempre algo especial. Me encantaba tu pelo largo y negro (ahora corto). Solía pasarme horas esperando un mensaje de texto en mi primer móvil (ladrillo) que llevaba a la calle cuando mis padres me dejaban ir al cine a ver una peli. Recuerdo aquella vez que fuimos al cine solos (Gungs of New York), se suponía que ambos nos gustábamos y estábamos allí, SOLOS. Sin embargo... no pasó nunca nada. Ahora lo pienso y siento que en aquel momento ambos supimos que lo que sentíamos el uno por el otro era diferente, ¿curiosidad? ¿comprensión? Simplemente arrebatos de adolescencia que no quisimos que truncaran nuestra amistad. Tardes de piscina, paseos domingueros para conseguirte una tortuga o que tu mano se entrelazara con la mia de aquella manera tan inocente mientras veíamos una película en casa de un amigo... son momentos que jamás borraré de mi cabeza. Como toda buena experiencia, la guardo en un lugar especial dentro de mí, tenlo por seguro.

Suena a cursilada aquello de "dos enamorados se entienden con nada más mirarse". Creo que eso es imposible, un mero cliché "Hollywoodiense" pero sí que existen personas con las que se tiene un "feeling" especial o distinto. En la vida sólo me ha pasado con dos de ellas y una es ahora mi novia y la persona más importante en mi vida (amén de la familia). Pero esta otra eras tú. Más de una vez te sorprendí con comentarios sobre tí misma que pensabas ignoraba y viceversa. Te preocupabas de corazón por mis problemas al igual que yo de los tuyos. Para mí eso es la verdadera amistad. Creeme que la tuya la guardo en un estante de honor de mi corazón porque aunque te vas y parezca que es hasta siempre para mí no lo es. Sé que en tu oración me tendrás presente, porque conozco como eres y sé a buen seguro que lo harás, así como a partir de ahora yo también te tendré a tí. 

Tus cosquillas, tus abrazos, tus primeros desengaños amorosos o tus peleas con tus padres en pos de un poco más de libertad... todo eso no lo olvido, AMIGA. Igual que jamás olvidaré como conseguiste hacerme una persona menos introvertida, más abierta, alegre y dicharachera. Porque me diste aquel "empujoncito" que me faltaba en ese momento en el que mi personalidad se estaba formando. Recuerdo mis decepciones en un campo de fútbol cuando aquello era parte primordial en mi vida de adolescente y como tu estabas allí para cuando el partido acababa y caía al suelo a punto de mandarlo todo a la mierda levantarme con tu brazo chiquitito y sonreirme: "no pasa nada Migue". Son tantos recuerdos y todos tan buenos que no quiero embotarme nada más que recordando cosas que a pocos les interesa, el caso es que has sido una gran amiga con que he tenido ese toque de algo distinto que creo que ha echo a nuestra relación más fuerte y duradera pese a que pasada la etapa colegial nuestras vidas tomaran senderos distintos.

Sé que eres inconformista, que siempre has luchado por imaginar y construir un mundo mejor, o al menos tu idea de mundo mejor. Era algo que nos unía a los dos. Por eso cuando la gente no entiende la decisión que has tomado en parte no puedo evitar comprenderte. Quizás no es la decisión que yo hubiera tomado pero has de ser valiente para tomarla y tú amiga mía, lo has sido. Ahora que la has tomado sólo quiero que seas feliz allá donde vas y creo que lo serás. Aprenderás a amar la vida aún más de lo que ya lo haces (valor que compartimos) y nosotros aunque de manera diferente la viviremos también por tí. Gracias de verdad por todo lo que me has enseñado estos años, lo que me has aportado y lo que has sido para mí. Sin ser un hasta siempre, sólo un hasta luego se despide de tí el que una vez te quiso y después te consideró su mejor amiga.

Un abrazo muy fuerte:


---Migue---