A un click de distancia

Una vez escuché a alguien decir que el olfato era el sentido que más incitaba a jugar con la memoria. Y es cierto, no hay nada con un buen o mal aroma para poner en marcha el disco duro de nuestra mente y desempolvar archivos muy muy antiguos o volver a sacar de la memoria RAM (esa de la que disponemos más a menudo) un pedacito de nuestras vidas. Personalmente, soy una persona que se deja llevar mucho por los olores, y lo más increible de todo es que ¡¡Me he dado cuenta ahora!!
Viviendo en otra ciudad te das cuenta de que nada huele igual a lo de antes: tu nueva casa, tu lugar de trabajo, tu cuarto de baño, la cocina (donde se fabrican los mejores olores), o incluso las calles aquí echan en falta ese embriagador aroma del azahar en abril que te embarga de alegría cuando sales por el portal de casa.
Y es que hay aromas que te hacen sentir bien: por su propia esencia o porque te traen un buen recuerdo. Como seas un poco "friki" te enganchas a jugar a este juego de recuerdos que, en cierto modo, creo que es algo nostálgico y corres el peligros de vivir de los recuerdos que ya tienes y no experimentar otros nuevos. ¿Por qué no captar nuevos aromas? Eso es lo que pienso hacer aquí en mi nueva vida, quiero cambiar (para mejor), y aventurarme a "oler" nuevos hobbies, nuevas experiencias que ya estoy viviendo y de las que pronto dejaré constancia en este pequeño cyber-baúl de los recuerdos.